Goles de vida en Barrios Unidos
Muy puntuales. Dispuestos a jugársela toda. Con un entusiasmo propio de quienes tenemos una selección haciendo historia en un Mundial de futbol. Así llegaron los equipos de invidentes a la cancha sintética, su nueva gramilla, de Acrópolis, Calle 74A con Carrera 66, para disfrutar del cálido amanecer en barrios unidos y dejarnos ver que los límites solo son aquellos que nos imponemos mentalmente y que las barreras son motivos para crecer y hacerle “goles” de calidad a la vida.
Este escenario, que forma parte de las adecuaciones espaciales para hacer más Humana a la Bogotá que habitamos, es desde su inauguración, la casa de aficionados, estudiantes, practicantes ocasionales y de academias de formación y por supuesto del grupo de invidentes que hoy, con el ímpetu de la gallardía deportiva y la búsqueda de los triunfos, presentó una lección de vida a la comunidad que, aficionada o no al deporte, agradece sus enseñanzas.
Con la música del balón, el “brazuca” cascabel, que también ya es realizado con tecnologías de avanzada, los jugadores “ven” la redonda, la reciben, la golpean, buscan a su compañero, enfrentan al rival y anotan los goles.
La barra, que era una mezcla de admiración, respeto y afecto, fue liderada por el propio mandatario local de Barrios Unidos, Iván Ernesto Rojas Guzmán, quien se mostró satisfecho por lo que ha significado su decisión de construir esta cancha con estas condiciones para beneficio de la población local y en este caso de grupos que sorprenden por su capacidad de crecimiento y superación.
Hoy, en un paréntesis del Mundial, la admiración pasó de James, Pekerman y demás convocados, a ciudadanos que a veces nos encontramos en las calles, cotidianos habitantes y visitantes de nuestros entornos.
Al final, un aplauso para todos. Ganadores no hay, el marcador es lo de menos. Es un triunfo de todos. Mañana, y ojalá el resto del torneo, con ellos veremos los goles de Colombia en Brasil 2014. “Nos vemos”.